... tengo tantas cosas para decirle que ni si quiera sé por donde empezar, y si bien no son demasiadas son muchas, pero el problema no es la cantidad sino la perspectiva ya que en definitiva es todo lo mismo, pero visto de dos ángulos distintos, como si estuviese encerrado en un prisma de cristal pero el vidrio tiene diferentes vetas, y cada uno desde un lugar distinto ve lo mismo pero de diferente posición y de acuerdo a las imperfecciones que le tocan de su lado del cristal, y uno quiere siempre lo mejor, uno busca que todo siempre este bien, y siempre uno lucha por un ideal, y uno trata de hacer su mejor esfuerzo siempre pero siente que nunca alcanza y cuando se cree que logro algo se da cuenta de que mirando alrededor no a conseguido mucho más de lo que tiene pero la dificultad y el esfuerzo valen como si hubiera peleado hasta el final y que una vez terminado todo suplicio podrá descansar en paz pero el único descanso es la muerte y la paz no esta garantizada en ella, mucho menos en vida, así que cómo decírselo, de manera de que no se pierda nada, aunque se sepa que no se conseguirá todo, y que las palabras empleadas puedan no ser las adecuadas, es preciso evitar que retumben en el ambiente como la furia de una tormenta, y que suenen en sus oídos como la dulce melodía de una canción, que cada silaba sea una nota musical, y que las manos acaricien su cuerpo como a un instrumento, para que ya no se necesiten más las palabras, que con los ojos se puede contar todo, con los dedos se descubra todo, respirar sea tan solo un momento, y así, en la melodía de las voces, solamente nos quede bailar ...
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